En este lugar se castiga a los condenados por el pecado de la gula, con la pena de ser batidos por una fortísima lluvia mezclada con gruesos granizos, y ensordecidos por los terribles ladridos de Cancerbero, el perro del demonio, que además los desgarra con uñas y dientes.
El tercer círculo, ilustrado por Stradanus |
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